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Tomás Ángeles Dauahare


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México, 18 de abril.- Hoy liberado por falta de pruebas, el caso del General Retirado Tomás Ángeles Dauahare se convierte en otra mancha para la administración del ex presidente Felipe Calderón, en vista del pobre armado del expediente para consignar al militar por presunta protección al cártel de los Beltrán Leyva.

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En vista de lo anterior, en ESTADO MAYOR les recordamos el expediente realizado por Isabel Arvide en los días posteriores a su detención.

En el mundo civil poco se conocía del general Tomás Ángeles Dauahare antes de ser detenido, con exceso de publicitación, por proteger al crimen organizado, en mayo del 2012.

No hubiese tenido tanta resonancia su “arresto” si días antes no hubiese participado en un evento del candidato presidencial Enrique Peña Nieto quien, por cierto, se apresuró a negar cualquier vínculo con éste.

Acusado por versiones de testigos protegidos, entre ellos, Sergio Villarreal alías “el Grande”, han debido prolongar su arraigo ante la falta de pruebas.

Y con ello la Sedena confronta un conflicto que habrá de continuar durante el próximo sexenio.  La defensa del general Dauahare insiste en su inocencia, mientras que se habla de venganzas personales.

Lo cierto es que existía de tiempo atrás un expediente contra el general que no había podido ser completado en el momento de su arresto.

Dauahare fue especialmente recomendado por el Presidente Calderón con el general Galván Galván al inicio del sexenio.  Esto porque hubo una gran insistencia por parte del general Vega García en que fuese elegido como titular de la Sedena, y el Presidente quería “proteger” a quienes habían sido finalistas en esto.

De ahí su nombramiento como Subsecretario.  Y los muchos consentimientos oficiales, como nombrarlo responsable del desfile militar de septiembre del 2007.

Tomás Ángeles debe haberse sentido “indispensable” y por ello comenzó su debacle.  En su oficina de la Sedena, como Subsecretario, recibía a infinidad de militares y civiles para organizar una “red” de ataque al general Galván.  De su escritorio salió la versión de que Galván Galván estaba gravemente enfermo y habría de renunciar.  También se reunía con comandantes de la extinta policía judicial que están, todavía, bajo sospecha por sus vínculos criminales.

Dauahare fue agregado militar en Washington como pago a sus servicios en la oficina más cercana al general Cervantes Aguirre.

Como secretario particular del entonces titular de la Sedena participó abiertamente en la detención del general Gutiérrez Rebollo.  Su hijo lo acusa de secuestro y de haberlo torturado.

Fue director del Colegio Militar, así como del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas.

Siempre bajo la protección de Cervantes Aguirre, que lo cubrió hasta el sexenio de Vicente Fox con el general Vega.

Ambos, ese grupo, intentaron desesperadamente hacerlo Secretario de la Defensa Nacional.  Ganó la impavidez, entre otras características, de Galván Galván.

En 2008 fue relevado de su posición como Subsecretario de la Sedena por información que el general Galván le presentó al Presidente Calderón.  Trascendió que en privado se le calificó como “traidor”.

¿Qué sucedió para su arraigo, para su acusación ante la SIEDO?

No existe otra interpretación que el gran manotazo de enojo presidencial por la crítica, injustificada y directa contra el Ejército, de Dauahare en un evento proselitista del PRI.

En voz de un general de división, que había tenido los cargos públicos de Dauahare, era muy serio afirmar que la política de seguridad nacional está equivocada, que el Ejército no está en lo correcto, que no existe estrategia para combatir al crimen organizado, y en sus palabras que todo lo hecho en ese ámbito: “No conducen a ningún lado”.

El mensaje presidencial, porque nada de su detención fue casual, fue muy eficiente hacía dentro del Ejército.  E impidió, en automático, una desbandada de militares dispuestos a despotricar contra quien fuese con tal de obtener un espacio en el futuro inmediato.  Detuvo, en los hechos, una desbandada de ratas muy peligrosa.

El grupo del general Cervantes Aguirre, Dauahare entre ellos, llegó al equipo priísta del entonces candidato presidencial Peña Nieto por recomendación de José Antonio González Fernández que ha conservado su cercanía con el jefe militar desde que coincidieron en la embajada de Washington.

Por su parte el general Galván había sido excesivamente cuidadoso en su relación, conocedor de su poder, con Cervantes.  El rompimiento fue, no podría serlo de otra forma, obligado por la detención de Tomás Ángeles no obstante que se ha querido mantener como algo ajeno a la voluntad misma de Galván hacía dentro del Ejército.

Los generales detenidos junto a éste, especialmente Ricardo Escorcia, no estaban tan arraigados en el ánimo militar.  Y su enjuiciamiento puede obedecer a razones estrictamente penales.  Si bien sus expedientes estaban “congelados”, también por la voluntad presidencial de no dañar excesivamente la imagen militar con su detención.

En los hechos Dauahare quedo fuera de todo, absolutamente de todo.  Dejo de ser protagonista destacado, voz militar crítica, incluso aspirante a cualquier posición durante el próximo sexenio.  Si este fue el objetivo, se cumplió.  Si simplemente se trataba de enviar un mensaje, todavía se cumplió más, con creces esta intención.

¿Puede hacerlo el Presidente de la República?  La respuesta es obvia.  De que puede, también puede de sobra.

¿Cuáles van a ser las consecuencias?  Habrá que esperar a la resolución del juez que lleva la causa, ver si se dicta orden de formal prisión en contra de Dauahare, y por tiempos políticos corresponderá al próximo gobierno lidiar con esto.  Sea con su “victimización” desde prisión, sea civil o militar que todavía no se ha definido, o con su inserción de regreso al mundo civil…

Por lo pronto, esto es definitivo, el golpe que recibió –tal vez sin intención directa- el general Cervantes Aguirre fue inmenso.  Y, de refilón, le llegó al general Salvador Cienfuegos Zepeda, otro de los “suspirantes” protegido por este grupo.

Tomás Ángeles Dauahare, general de división en situación de retiro, fue secretario particular del general Enrique Cervantes Aguirre cuando éste fue titular de la Sedena.  Fue director del Colegio Militar, agregado militar en Estados Unidos, director del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y Subsecretario de la Sedena.

Fue detenido acusado de proteger al crimen organizado en mayo del 2012 y arraigado como presunto responsable en espera de que un juez dictamine su situación legal.

Video del momento de la salida del General Ángeles Dauahare del Penal Federal del Altiplano

Isabel Arvide

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